viernes, 19 de marzo de 2010

TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCIÓN (TDAH)


Trastorno por Déficit de Atención (TDA)

Mucho se ha escrito sobre el Trastorno por Déficit de Atención (TDA), y existen diversas opiniones al respecto; inclusive algunos han dicho que es un “término de moda” y que hoy en día a cualquier niño inquieto se le etiqueta con TDA. Lo cierto es que el TDA es un trastorno físico y emocional que se presenta de un 3 a un 5 % de la población, con mayor frecuencia en los varones (la relación es de 4 niños por cada niña aproximadamente). El TDA no “se pasa” y no conoce limitaciones, ocurre en todos los niveles sociales, culturales, económicos y raciales. Se presenta desde los primeros años de vida y un alto porcentaje de personas llegan con los síntomas hasta la adultez. Se caracteriza por una dificultad o incapacidad para mantener la atención voluntaria frente a determinadas actividades, tanto en lo académico como en lo cotidiano. Las relaciones sociales se ven afectadas por cuanto es muy difícil para una persona con estas características seguir normas rígidas de comportamiento. Se le asocia a una falta de autocontrol y sobretodo a dificultades en la toma de conciencia de los errores propios.

Hasta el día de hoy no hay claridad sobre sus causas y son muy variadas las teorías que tratan de explicarlas. Estas pueden ser genéticas, desarrolladas en el periodo de embarazo o generadas después del parto. Los síntomas característicos del TDA pueden variar; uno de los más frecuentes es el alto nivel de actividad motora que presentan algunas personas y que es conocido como Hiperactividad; la cual se relaciona con otro síntoma frecuente llamado Impulsividad, esta se refleja principalmente en la toma de decisiones, en la realización de varias actividades, en juegos, deberes escolares, etc.
Podemos hablar de tres tipos de TDA:

- TDA tipo combinado: Aquí se combinan síntomas muy evidentes, tanto de inatención como de hiperactividad – impulsividad. (A juicio de muchos autores, la mayoría de los niños y adolescentes tienen el tipo combinado).
- TDA tipo Inatención predominante: Se presenta cuando hay síntomas de inatención muy evidentes, pero muy pocos de impulsividad – hiperactividad.
- TDA Tipo Hiperactivo - Impulsivo: Se presenta cuando hay más síntomas de hiperactividad e impulsividad y menos en el ámbito de la atención.

El rasgo más relevante de la existencia de un posible Déficit Atencional es la falta de atención o INATENCIÓN que se ve reflejada en conductas como:
Frecuentemente el niño – la niña :
· Falla en dar atención cercana a detalles o comete errores en trabajos de la escuela y en otras actividades por no fijarse
· Tiene dificultades en mantener la atención en trabajos, tareas escolares o en otras actividades.
· Parece no escuchar cuando se le habla.
· No sigue las instrucciones o falla en terminar las cosas.
· Tiene dificultad en organizarse.
· Evita situaciones que implican mantener un nivel constante de esfuerzo mental.
· Pierde cosas.
· Se distrae con estímulos externos.
· Es olvidadizo de actividades diarias.
Para poder determinar si el TDA es de carácter hiperactivo-impulsivo, deben estar presentes varias de las siguientes conductas:
Frecuentemente: (el niño – la niña):
· Está inquieto con las manos o los pies, o no puede quedarse quieto mientras está sentado.
· Se levanta de su lugar en clase.
· Está activo en situaciones en que es inapropiado.
· Tiene dificultad en hacer cosas en forma tranquila.
· Está como si "no se le acabaran las pilas".
· Habla en forma excesiva.
· Responde antes de que la otra persona termine.
· Interrumpe constantemente. No logra esperar su turno.

Los síntomas pueden presentarse en su totalidad o solo parte de ellos, esto dependerá del tipo de TDA que posea la persona. Es importante destacar, que los síntomas deberán haber estado presentes por un mínimo de 6 meses y afectar evidentemente la cotidianidad de la persona.

Un alto porcentaje de niños hiperactivos presentan problemas atencionales, pero no todos los niños con problemas atencionales presentan hiperactividad. Se estima que un 50% de los niños con TDA, no presentan hiperactividad, sino más bien una falta real de actividad llamada HIPOACTIVIDAD. Este tipo de población es la más difícil de detectar, pues el niño no presenta problemas de conducta, por el contrario es muy tranquilo, pierde la pista de lo que está haciendo en forma pasiva y sin llamar la atención de sus profesores, pareciera estar en otro mundo, con su mirada perdida. Su tranquilidad le hace flotar por largos períodos sin captar la información contenida en la explicación del profesor, por lo que pierden detalles esenciales y el trabajo escolar les consume mucho esfuerzo y les agota rápidamente.
Por la complejidad que presenta el TDA, se hace necesario la rigurosidad en la evaluación diagnóstica que se realice. Deberán aplicarse diferentes instrumentos, entre ellos de observación, tanto a los padres como a los maestros de estos niños.
Existen diferentes alternativas de tratamiento del TDA, entre ellos los farmacológicos como el metilfenidato, la dextro-anfetamina y la pemolina entre otros. Estos fármacos mejoran la conducta entre un 70% y 90% de niños mayores de 5 años; sin embargo pueden presentar en algunos casos problemas como: el mal uso del medicamento, la farmacodependencia que se produce en algunas personas, el error de que este tratamiento es la única alternativa al problema de atención y descuido del tratamiento integral. Será únicamente el neurólogo o médico especialista el que determine si se debe o no medicar.
A mi criterio, la mejor alternativa es el tratamiento conjugado de la medicación (cuando es necesaria) y del desarrollo de estrategias de trabajo que involucren a todos los agentes directos que intervienen en el proceso de desarrollo del niño. El trabajo deberá ser realizado con el niño, los padres y los profesores, ya que son estos últimos quienes resuelven diariamente los conflictos que el niño evidencia. Los padres deben ser apoyo real al mejoramiento del niño, por lo que deben ser guiados adecuadamente y deberán asumir un rol responsable y constante. No podemos dejar de lado que el adecuado manejo de límites es indispensable.
El TDA no debe convertirse en un obstáculo para salir adelante en la vida, claro ejemplo de esto es el Dr. Dennis Swanberg, quien posee un doctorado y ha contribuido sobre este tema expresando su punto de vista sobre como lidiar con TDAH desde su perspectiva personal, tanto él como su hijo lo poseen. Para finalizar deseo recomendar a aquellos padres que les interese profundizar sobre el tema, el libro “Cómo crear a un niño de voluntad Firme”, del Dr. James Dobson, este excelente libro no solo plantea como trabajar la disciplina con nuestros hijos, si no que el último capítulo nos da una guía para trabajar con niños que poseen TDAH.

La paz de Dios sea sobre su vida.

M.Sc. Yorleny Méndez Porras
Psicopedagoga

La paz de Dios sea sobre sus vidas.

M. Sc. Yorleny Méndez Porras
Psicopedaga

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