miércoles, 3 de marzo de 2010

CONTROL EMOCIONAL

Estimado lector (a) que este mes que termina y el próximo que inicia le permita tener muchas bendiciones y que su vida sea de bendición para los demás. Muchas veces nos hablan, leemos o escuchamos acerca del control emocional, le pedimos a nuestros hijos que se “controlen” y bueno… “tratamos de controlarnos nosotros” ante las muy diversas circunstancias que se nos presentan en nuestro diario vivir. Lamentablemente, como decía la Madre Teresa de Calcuta, “vivimos de fotos amarillas”, en otras palabras: vivimos del pasado y sus cadenas, y lo peor es que no salimos del allí; otras simplemente no intentamos o no sabemos como controlar nuestras emociones.

Más que nadie, soy consciente de la dificultad que implica “controlarnos para actuar de forma correcta”. El mayor error que cometemos es el “hablar, gritar, ofender, vociferar y tomar decisiones” cuando estamos enojados o exaltados (grave error por cierto). Personalmente trato y se lo digo a mis hijos, pacientes y estudiantes: “debemos aprender a conectar la lengua con nuestro cerebro, no es conveniente decir o decidir cosas estando molestos”

Deseo ilustrar este tema hablándoles de uno de los mayores fracasados pero recordados personajes en la historia (aunque usted no lo crea en su autobiografía, así se denominaba él mismo) Abraham Lincoln (1808-1865), persona que en su vida experimentó una gran cantidad de reveses y eventos en los que tuvo en sus manos la toma de decisiones muy importantes y trascendentales, que con el paso de los años determinaron los lineamientos actuales de ética y moral social, como lo fue la promulgación de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos de América(1863), decisión que repercutió a nivel mundial, marcando un nuevo paradigma en la igualdad de la personas y de las minorías.

Después del asesinato de Lincoln, se encontraron dentro de sus documentos personales una gran cantidad de notas escritas con su puño y letra pero que nunca fueron enviadas, en estas notas se reflejaba el carácter enérgico e impulsivo que le provocaron los reveses de su administración como presidente (Decimo sexto de EUA), en esas notas descargó sus iras hacia sus servidores mas cercanos y allegados, que de manera impensada le habían fallado, no obstante, se debe de indicar que dichas notas nunca fueron enviadas, mas bien fueron archivadas dentro de sus documentos personales; en su lugar fueron enviadas notas de apoyo y de confianza hacia estos, instándolos a seguir adelante y a tomar siempre las mejores y mas razonadas decisiones en las circunstancias difíciles de la época. Este comportamiento que a la luz pública luego se conoció, lo distinguió como un líder ecuánime y que siempre buscó las mejores palabras y acciones, sin importar las circunstancias.

La vida nos presenta gran cantidad de encrucijadas, en donde en muchos casos tomamos decisiones precipitadas con resultados fallidos, si bien es humano la exaltación ante las circunstancias, es de humanos también la toma de decisiones pausadas y una vez que la exaltación ha pasado, esas diametrales decisiones con resultados que atañen nuestra vida y
Mlas de quienes nos rodean, se diferencian en tan solo minutos, con resultados diferentes y repercusiones a mediano y largo plazo, por lo que la quietud y la frialdad se vuelven nuestro principal amigo a la hora de tomar alguna difícil decisión.

Ante difíciles decisiones será un buen ejercicio siempre pensar en “ que haría Lincoln en nuestras circunstancias” …… y no estaría de sobra andar en nuestras billeteras o bolsos un billete de $5 dólares ( donde quedó inmortalizado el retrato de Lincoln) y cada vez que se nos presente alguna circunstancia que nos agobie, lo recomendable es sacar el billete, obsérvalo y preguntarse en el modo en que Lincoln enfrentaría esa decisión, a veces, tan solo con ese espacio pequeño de tiempo, estaremos dando un escape a nuestro ímpetu y tomaremos una decisión mas razonada y lejos del calor del momento.

Sea cual sea nuestra profesión la vida nos ofrece la posibilidad de crecer o decrecer y es por medio de decisiones pensadas y ecuánimes en que lograremos ir subiendo los escalones del éxito, que para grandes pensadores definen al éxito como “el momento en que se cruzan la oportunidad con la preparación”, serán esos instantes valiosos en los cuales se cimentará el crecimiento propio y de quienes nos rodean y obtendremos la satisfacción personal de haber estado en el momento indicado con la preparación necesaria y con la toma de decisiones a la altura de las circunstancias.

Querido lector (a) aprendamos y enseñemos a nuestros hijos, a pensar antes de hablar y de actuar, una forma genial es llevar un diario o escribir una carta donde descarguemos nuestro enojo. Si no nos gusta escribir, parémonos frente al espejo, hablemos con nosotros mismos y digamos lo que estamos sintiendo. Luego, cuando estemos en control de nuestras emociones y nuestro cerebro racional aparezca de nuevo, conversemos acerca de lo que nos molesta. Busquemos siempre la forma y momento adecuado para hacerlo. Quizás en ocasiones no logremos lo que esperamos, pero nos habremos desahogado y liberado en lugar de guardar rencores y enojos en nuestro corazón, que lo único que hacen es convertirse en óxido que corroe el alma.

Recordemos “Las palabras tiradas nunca se pueden recoger”. Podemos hacer un gran daño a nuestros seres queridos o personas que nos rodean cuando decimos “ciertas cosas” porque no las razonamos.

La paz de Dios sea sobre sus vidas.

No hay comentarios: