jueves, 4 de marzo de 2010

DISCIPLINA CON AMOR - I PARTE


Desarrollo acá la primera parte de varios puntos de un tema que muchos pensarán ya está trillado: La disciplina. Sin embargo como madre, profesora y Psicopedagoga considero que es fundamental en la crianza de nuestros hijos y dentro de su buen proceso de enseñanza – aprendizaje, tanto en el hogar como en el aula escolar. Desarrollaré este tema basada en dos libros del Dr. James Dobson: “Atrévete a Disciplinar” y “Como crear a un niño de voluntad firme”.

En su libro “Atrévete a Disciplinar” el Dr. Dobson nos dice:
“... Los buenos principios sobre como desempeñar el papel de padres son eternos, ya que tienen su origen en el creador de las Familias...”

Uno de los mayores obstáculos que atravesamos los padres, es el desafío de nuestros hijos. En el desafío, el niño rechaza por completo la autoridad de los padres y los enfrentará y retará hasta lograr lo que desea. Es aquí donde como padres no debemos ceder.

Un error en el que se incurre muy a menudo es el manejo incorrecto de los premios y consecuencias. No podemos premiar al niño para que nos obedezca una orden directa. Nosotros somos sus padres y la autoridad se respeta aunque no nos guste.

Debemos tener claro que la disciplina no es solo confrontación, también está la autodisciplina y la conducta responsable. Nuestros hijos deben aprender a enfrentar retos, obligaciones y consecuencias de sus actos.

Nuevamente citando al Dr. Dobson, este nos dice:
“donde mejor prosperan los niños es en una atmósfera de auténtico amor sustentado por una disciplina razonable y firme”.
“la permisividad no simplemente ha fallado como estrategia de crianza en los niños, ha resultado un desastre para quienes lo han intentado”

Entonces, ¿Cuál es el secreto?
La respuesta es: La disciplina con amor.

Las razones de que este sea el secreto son:

1) Estimula el afecto cariñoso.
2) Se da un respeto mutuo entre padres e hijos.
3) Cierra un vacío que de otra forma separa a las miembros de una familia que deberían amarse y confían unos en otros.
4) Evita resentimientos.
5) Los maestros pueden dar mejor sus clases.
6) Estimula al niño a respetar a los demás y a vivir como ciudadanos responsables.

Sin embargo esto exige de nuestra parte: Valentía, Constancia y firmeza, Convicción, Diligencia y Esfuerzo entusiasta.

Decía mi abuelita:

“Ni tanto que queme al Santo ni tampoco que no lo alumbre”
“Con paciencia y un garabato hasta las verdes van bajo”

No se trata de agredir a nuestros hijos y darles golpes. Eso es maltrato infantil en el área física y emocional. Las formas de disciplina agresiva generan: servilismo, niños incapaces de tomar sus propias decisiones, niños con una personalidad aplastada, dependencia, temor profundo, psicosis. patrones repetitivos, etc.

El otro extremo es igual de peligroso. Ante la falta de autoridad el niño es su propio amo desde muy pequeño. Entonces nos encontramos ese montón de madres nerviosas y asustadizas encerradas en sus casas ante el temor de que sus indisciplinados hijos (as) las avergüencen o se metan en algún problema. Ya están “acostumbradas” a recibir las famosas boletas escolares casi a diario.

La actitud permisiva de los padres cuando los niños tienen entre dos y cinco años, tiempo en el cual se da una etapa formativa, en palabras del Dr. Dobson, es como
“ofrecer en muchos casos un boleto de ida sin regreso hacia la rebeldía de los adolescentes”.

Si deseamos que los niños sean amables, agradecidos y agradables, debemos enseñarles esas cualidades. Debemos inculcar en ellos valores y esto es una Gran Responsabilidad de nuestra parte. La conducta anhelada no va a aparecer por arte de magia, debemos trabajar en ella.

El Dr. Dobson propone 5 fundamentos de la crianza de niños basados en el sentido común.

1) Inculcar en el niño (a) respeto por los padres.
2) La mejor oportunidad para comunicarse generalmente se da, luego de una acción disciplinaria.
3) Debemos ejercer el mando sin estar criticando constantemente.
4) No saturemos a nuestros hijos con cosas materiales.
5) Establezcamos un equilibrio entre amor y disciplina

En este primer apartado desarrollare brevemente el primer fundamento, Dios mediante en las próximas ediciones iré desarrollando con ejemplos cada uno de los siguientes.

1. Inculcar en el niño (a) respeto por los padres.
Veamos algunos puntos relacionados con este fundamento:

· La relación de respeto con los padres sirve como base con el resto de personas en el futuro. ¿Cómo cree usted que se comporta un niño (a) que no respeta a sus padres con el resto de las personas? Le aseguro que si no obedece a la mamá o al papá mucho menos obedecerá a un profesor.

· El padre debe hacerse digno del respeto del niño en sus primeros años de vida. Hacer que nuestros hijos nos respeten no tiene nada que ver con gritar como locos, ofender o insultar. Por el contrario estas acciones son clara muestra de que nuestro hijo (a) no nos respeta, ya que necesitamos gritar para que nos escuchen.

· Debemos diferenciar lo que es un acto de irresponsabilidad infantil de lo que es el desafío. Es muy diferente que un niño por accidente corra y quiebre un florero (irresponsabilidad infantil) a que le grite a la madre y de forma clara le de a entender “no voy a hacer lo que me dices”.

· Las nalgadas deben reservarse para el momento en que el niño entre el año y medio y 10 años de edad expresa a sus padres en forma desafiante “No lo voy a hacer”, cuando hay una confrontación cara a cara entre usted. y su hijo. (Aclaro que dar un par de “nalgadas” en absoluto control de las emociones, con amor y por corrección no tiene nada que ver con golpes u otro tipo de maltrato).

· Cuando los padres no asumen el mando en momentos de desafío, crean para sí mismos y para su familia lo que puede ser toda una vida de pesadumbre.

· La acción disciplinaria no es un ataque contra el amor paternal, es una función de este. El castigo apropiado no es algo que los padres hacen a un hijo que aman, es algo que hacen por el bien de ellos.

“ Si usted no puede hacer que un niño de 5 años recoja sus juguetes, es difícil que vaya a ejercer mucho control durante la etapa más desafiante de la vida: la adolescencia”.

El Dr. Bill Slonecker, pediatra de Tennessee dijo: “si la disciplina comienza el 2do día de vida, ya usted lleva un día de retraso”.

No malentendamos, no se trata de dar nalgadas a un recién nacido u otra forma de castigo físico. Se trata de que los padres tengamos el control por amor a nuestros hijos.

El objetivo principal de la disciplina al niño, es obtener y mantener su respeto. Si los padres fracasamos en esta tarea, la vida se vuelve realmente muy incómoda.

No se trata de crear jóvenes perfectos, se trata de tomar la materia básica con que llegan al mundo y luego irla moldeando poco a poco hasta formar adultos maduros y responsables, que le temen a Dios.

La paz de Dios sea sobre su vida.

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