viernes, 19 de marzo de 2010

¿ESTAS VIVIENDO UN GRAN AMOR EN TU VIDA?



¿Estás viviendo un gran amor en tu vida?

Hace algún tiempo, una buena persona me regaló unas meditaciones en audio que han sido de gran valía para mí. Entre estas hay dos particularmente que me han ayudado mucho.

Desde que somos pequeños hemos sido condicionados en creencias y normas de lo que es bueno o no. Si bien es cierto que los valores son universales, el adoctrinamiento del que somos víctimas desde pequeños por parte de diferentes autoridades, en muchas ocasiones no nos permite tomar decisiones por nosotros mismos, o peor aún las hemos tomado basados en sentimientos de culpa, de miedo y del “qué dirán”. En fin, no se trata de culparnos, pues hemos tomado las decisiones en ese momento, con la información que teníamos.

El punto es, si hemos cometido un error grave, hagamos algo ya!!; si no somos felices, busquemos nuestra felicidad, si estamos al lado de una persona que no amamos, dejémosle libre con amor, para que busque la felicidad que tiene sentido para él o ella. No estoy hablando de libertinaje, ni de hacer “loco”, como diría mi abuelita, estoy hablando de ser responsable de una vez por todas de nuestra vida. Estoy hablando de dejar la ilusa idea de creer que seremos felices si otra persona nos hace feliz o si tenemos tal o cual cosa. Suena duro y peor aún, créame es duro. No se trata de culpar a nuestros padres o a otras personas, ellos también fueron adoctrinados y lo más importante “cada persona tiene su propio rollo”. Es por eso que juzgar es lo peor que una persona puede hacer, ya que juzga desde su perspectiva, desde lo que ha vivido, pero yo me pregunto ¿quién ha vivido en la mente, el cuerpo y el corazón de otra persona, para poder saber por lo que ha pasado? De nuevo no se trata de solapar situaciones, se trata de tener empatía, de comprender o al menos de emitir juicios de valor porque como dice el dicho popular “quien escupe para arriba…”. Considero que se trata más bien de la responsabilidad que tenemos de crecer como seres espirituales que somos.

No existen relaciones afectivas perfectas, las relaciones humanas y más la de pareja, son herramientas muy valiosas y fuentes de evolución; siempre vamos a compartir con personas que nos dan la posibilidad de aprender algo y crecer; de nosotros dependerá elegir entre maestros ‘cariñosos o violentos’. Eso de “mala suerte en lo afectivo” es una inmensa mentira, existen muchas herramientas para buscar la felicidad. El punto es, que somos nosotros los responsables de utilizar esas herramientas.

Si ya tienes pareja y las cosas van mal, piensa: ¿Tiene sentido que esa persona esté en mi vida? ¿hay algo que deba aprender? Para empezar distingue si es amor, pues nos enseñaron a ponerle ese título a situaciones conflictivas y neuróticas causantes de dolor, frustración y resentimiento. Nadie sufre por amor. Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por carencias y heridas emocionales de la infancia, se sufre porque muchas veces ni nosotros mismos sabemos que queremos.

Muchos creen que están viviendo “el amor de su vida” porque se sacrifican y dejan de lado sus vidas. El amor es vitamina F = FELICIDAD; es estímulo, estar bien, entusiasta, progresar, ser creativos, vivir en paz. Decir que se sufre por amor es una contradicción total, no se sufre por ser feliz. Si estás en una relación y no te dan el amor que quieres, debes comenzar a buscar una solución, pero no en el otro, sino dentro de ti. Si estás con alguien a quien no amas, no le hagas más daño, libérale con amor. TU PAREJA ES TU REFLEJO. (aunque no nos guste aceptarlo).

Si tu consorte es una persona linda y exitosa te encantara saber esto, pero si es infiel y fría, no te gusta la idea. Tu pareja refleja un estado interno tuyo, que no manejas a escala consciente.
Le echamos la culpa a la pareja y queremos que cambie, nos aliviamos pensando que tiene más defectos que nosotros y ‘tapamos’ el verdadero problema: un nivel bajo de autoestima y no te das el amor que requieres tu mismo. Lo positivo es saber que el poder y la solución están en nuestras manos: para tener pareja y ser feliz tienes que trabajar contigo mismo, ¡¡¡qué suerte que no hay que esforzarse para que el otro cambie!!!

No te digo que tú haces lo mismo que tu pareja, sino que su inadecuado comportamiento de infidelidad, maltrato, indiferencia, etc. reflejan algo que tu cuerpo emocional cree.


Inconscientemente pensamos que merecemos lo inaceptable, desviamos la atención en ‘lo malo’ que es el otro y mantenemos la neurosis. Caemos en estas situaciones repitiendo con sus particularidades los modelos de papá y mamá.

Las condiciones obligatorias para que haya pareja son:
1. la química, tiene que haber algo en el otro que te atraiga.
2. la compatibilidad, debe haber como mínimo un 60% de elementos compatibles y
3. compromiso, ambos han de decidir conscientemente compartir sus vidas para estar mejor.

¡Si hay presión y uno está detrás del otro insistiendo, no hay pareja!

Esa es una señal muy clara. Recordemos que la relación de pareja es el amor del uno por el otro, no la absorción del uno por el otro. No lo olvides, quien no está preparado para el compromiso puedes ser tú y el otro es tu reflejo. La pareja que nos maltrata y humilla nos están haciendo el favor de recordarnos que tenemos un montón de heridas internas. Busca como mejorarte, agradécele y déjale partir.

El ego nos hace creer que aguantamos por amor. ¡Eso no es cierto! Soportar, luchar, permitir lo insoportable y aguantar maltratos no es amor.


Ten cuidado con:


· Tratar a tu pareja como una criatura, porque entonces tu contraparte se comportará como una criatura. Toda sobreprotección indica esta situación y lo más seguro es que surja la infidelidad, pues a nadie le gusta hacer el amor con su madre o padre.
· No uses apodos infantiles: mami, papi, mi bebé, nene, mi florcita, etc., suenan lindos pero perjudican. Utiliza: Amor, mi cielo, cariño.
· Cuando una pareja incompatible permanece unida ‘por los niños’, les hace un gran daño.


Ellos viven procesos de separación agónicos, tormentosos. Si realmente amas a tus hijos, enséñales con tu ejemplo a decidir y hacer lo que realmente quieren y es mejor para ellos.

Muchas veces, surge la pregunta ¿por qué me tocan parejas difíciles?, en una buena teoría sería porque internamente tenemos una programación que nos conduce a elegir personas difíciles, no estamos preparados para ser felices y gozar del amor. Además el peor motivo para buscar pareja es por estar solos, si nos desesperamos elegiremos muy mal y no seremos felices.


Cuando tenemos demasiada hambre comemos cualquier cosa, no elegimos. Si estamos hambrientos emocionalmente hacemos igual, y en cuanto a pareja hay que seleccionar, sin apuro ni presión el ‘menú principal’

Soluciones:
1. Dejar de ver telenovelas. Son la peor fuente para programar el subconsciente, es drama puro lo que ponen en mente y por muy analíticos que seamos siempre afectan.
2. Revierte tu programación negativa infantil. Focaliza y elige modelos externos que fortalezcan tu idea de felicidad. Usa la técnica del anclaje, al reconocer un modelo positivo de pareja en la calle, la TV o un libro piensa: ¿Es esto lo que quiero para mí?
3. También es bueno habituarse a poner la atención en las virtudes del otro y no en los defectos, pues en lo que ponemos pensamiento y atención se reproduce (si creo y pienso que mi pareja es infiel, crearé las condiciones para que lo sea).
4. Hablar con parejas amigas que sean felices y preguntarles cómo lo lograron. Ellas tienen una información que tú ignoras, busca conocerlas. Nuestro ego nos invita a envidiar, porque maneja un concepto estrecho de escasez, hay que hacer caso al espíritu, quien sabe que hay amor para todos; Entonces intentemos, copiemos, creemos y no envidiemos.

El plan para encontrar a tu pareja


La mayoría cree que el amor cae del cielo y no se puede planear, nos toca o no nos toca. Eso es falso, si no hemos logrado una vida afectiva placentera podemos entrar en acción, movernos y hacer un plan tal como si fuéramos de vacaciones. La biblia tiene un pasaje maravilloso que lo describe: “buscad y hallareis”…

1. Elabora una lista de compatibilidades. Hay que elegir un tipo de pareja. Haz una lista de todas las características y los aspectos que te gustaría que tuviera tu pareja, cubriendo cada detalle: Descripción física, edad, nivel sociocultural, económico, espiritual, etc., de manera muy específica.


2. Al encontrar candidatos chequea la compatibilidad:
-50% o menos, la proyección es drama.
-De 60% para arriba, se pronostica éxito.
-80% es un muy buen nivel.


3.En el ámbito espiritual. Renuncia a sufrir, decrétalo, grítalo, escríbelo, comprométete contigo mismo a respetarte y darte amor. Primero renuncia a lo que no quieres, luego elige y afirma lo que deseas para ti.

Ámate a ti mismo, no vivas la fantasía de creer que si llega alguien que te ame todo se resolverá. Si tú generas amor, atraerás amor; el gran secreto de oro para vivir una gran relación es amarse a uno mismo, no te “destruyas” por nadie, pues te desequilibrarás, siempre se tú en primer plano. Esto no es egocentrismo, es autoestima.

Pide a Dios que te ayude a encontrar el plan que él tiene para tu vida, pues no estamos llamados a vivir desdichados, sino a vivir en Amor y desde el Amor, pues venimos de un Dios que es todo Amor.

-Olvida y perdona, lo que te tocó vivir tenía un sentido, aunque por el momento no lo comprendas.

¡¡Hoy es el primer día, del resto de nuestra vida!!! A VIVIRLO, exprimirlo, amarlo, hacerlo…

Ve y busca un espejo y todos los días al despertarte agradeciendo a Dios por un día más de vida, mírate al espejo, viéndote a los ojos, con voz firme y fuerte repite:

Yo Soy Perfectamente Plena (o),
Yo Soy totalmente amada (o),
Yo Soy digna (o), y completa (o),
Yo Soy feliz y exitosa (o) en todas las áreas de mi vida.

Valiente no es quién no tiene miedo, es quién sabe conquistarlo…

La paz de Dios sea sobre su vida.

(adaptación de la presentación original)









No hay comentarios: