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domingo, 27 de febrero de 2011

LA FAMILIA, LOS LIMITES Y EL APRENDIZAJE

Mucho se habla del tema de los límites: Por ejemplo se suele decir con frecuencia: “Este chico es un malcriado, le faltan límites.” Este es uno de los principales problemas de la actualidad en la consulta de los padres a los profesionales y también motivo de preocupación de docentes de distintos niveles educativos, ya que si en las primeras etapas no hay adultos capaces de posibilitar que los niños vayan internalizando reglas y reconociendo su autoridad, luego estos pueden tener dificultades para incorporar las normas sociales.

A partir de la larga práctica clínica se ha observado que la cuestión de límites es de suma importancia. En las consultas, en muchas oportunidades nos encontramos con situaciones en las cuales los niños tienen  roblemas en la relación con sus pares y en su relación con los mayores. Entre las principales, desconocimiento de la autoridad, problemas de conducta y falta de límites. 

Se habla de límites en referencia a los niños, pero también es una problemática atinente a los adultos. Si los padres no se autolimitan y creen que lo pueden todo, cómo harán para poder decirles no a sus hijos para que estos aprendan que todo no se puede en la vida, ya sea desde lo material como desde lo afectivo. Por ejemplo, Marcela, quien tiene su registro de conductora desde hace tres semanas, quiere llevar al chico con el que sale al boliche y luego a una reunión de amigos, en un barrio distante.

Llenos de inquietud sus padres aceptan prestarle el auto. Al ponerse la noche lluviosa y con niebla aumentan las dudas de los padres, pero como sienten que es importante demostrarle a Marcela su afecto y su confianza en ella, no le piden que cambie sus planes, esto para evitar un conflicto.

El autor Jhon K. Rosemond, en su libro ¡Porque lo mando yo! Dice: “Los niños obedientes tienen padres que señalan claramente los límites”. Dentro de este encuadre claro, los hijos tienen libertad para explorar, para ser curiosos, creativos, en pocas palabras, para ser independientes”.

Sabemos que la palabra obediencia va a despertar en cada uno de nosotros diferentes reacciones. Tratemos por un momento de hacer una abstracción, de dejar de lado lo referido a cumplir la voluntad del otro, del que manda u ordena, no pensemos en autoritarismo, pero sí pensemos en la autoridad necesaria de parte de los padres para enseñarles a sus hijos que existen situaciones, hechos que son peligrosos.

Cuando se sabe hasta donde se puede llegar o qué se puede esperar (sanción), se tiene seguridad en el quehacer, no importa de que se trate ese quehacer. Aprender cuales son los límites propios y/o ajenos refuerzan la independencia  de cada uno. Un castigo no es un método para enseñar algo a un chico, ya que tiene como finalidad hacer que se sienta mal. Lo que sería más una represalia, o una  venganza. Con el castigo lo que observamos es una reacción de impotencia y enojo de los adultos.

Lo que debemos utilizar es: Acción - Consecuencia.
¿Por qué hablamos de padres e hijos?. Porque como es obvio todos sabemosque los primeros aprendizajes se hacen en la familia y si esta no brinda claridad en la delimitación del espacio que le corresponde a cada uno,comenzarán los problemas al salir a otros sistemas diferentes al familiar.
Como dice Minuchin la “estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia.” Por ejemplo, y siguiendo siempre a Minuchin:
“Cuando una madre le dice a su hijo que beba su jugo y este obedece, esta interacción define quien es ella en relación con el y quien es el en relación con ella, en ese contexto y en ese momento. Las operaciones  repetidas en esos términos constituyen una pauta transaccional.” Estas regulan la conducta de los miembros de la familia. Por ejemplo, debe existir una jerarquía de poder en la que los padres y los hijos poseen niveles de autoridad diferentes.También debe existir una complementariedad de las funciones, en la que el marido y la esposa acepten la interdependencia y operen como un equipo.”

Cuando los padres definen con claridad los límites o normas, o llamemoslo simplemente “modalidades de convivencia”, los hijos aprenden a funcionar responsablemente, ya sea cuando son niños o han dejado de serlo y tienen internalizadas las normas. Las reglas protegen, son el marco en el cual una persona sabe como
manejarse, que se puede y qué no. La débil autoridad de parte de los padres, puede dejar al niño a expensas de sus propias pulsiones, y hacer que éste a través de sus berrinches, pataletas y manejos, busque que le pongan los límites que a el no le son posibles. El niño, a veces no encuentra el límite a su agresividad y necesita quien le diga que algo no se puede. Los padres tienen la responsabilidad como adultosde orientar a sus hijos, aunque estos se enojen. Puede haber diversos motivos para la no puesta de límites, pero sobre todo prevalece el miedo a dejar de ser querido. Esto puede llevar a niños y/o jóvenes a conductas peligrosas. Recordando a Marcela y a sus padres, estos por temor a perder el cariño de su hija no se atrevieron a negarle el auto, y evitaron el enfrentamiento, para que no hubiera conflicto, pero no pudieron evitar el accidente de Marcela ocurrido por su inexperiencia y las malas condiciones climáticas.

En nuestra práctica observamos con frecuencia que los padres contemporáneos a diferencia de los padres de antes, explican mucho, lo cual es bueno, siempre y cuando estas explicaciones no sean motivadas por su
inseguridad para poner los límites necesarios. El explicar mucho puede funcionar como una moratoria, o sea tirar para adelante, y no actuar o resolver en el momento oportuno. Es importante tener claro que son los adultos quienes deciden, sin sentir culpa por ello.

Los antropólogos actuales han observado que la familia es un fenómeno universal, con las diferencias propias de cada cultura, que se hallan presentes en casi todos los tipos de sociedades. Y esto es así porque el ser humano no es autoválido al nacer y necesita de otros para constituirse como persona. La familia es un grupo humano que cumple funciones: es un medio de subsistencia, desempeña funciones de autocontrol y de humanización en el intercambio, generando un clima emocional imprescindible para vivir. La
madre intentando comprender al bebé va ayudando a que este se humanice y a la formación de su psiquismo. Las diferentes vivencias del bebé se van organizando y transformando a través del vínculo primario con la madre y todas sus implicancias, la posterior relación con el padre, así se va identificando con sus familiares y es justamente en todos estos procesos que se van aprendiendo las leyes, normas y costumbres, o sea socializándose.

Dice Minuchín que los niños no pueden crecer e individualizarse sin rechazar o atacar. De acuerdo con esto el proceso de socialización es inevitablemente conflictivo.¿Cómo se aprenden las normas y valores?. Estimamos que no es una simplificación decir que se aprenden a través del ejemplo. El niño no toma todo, pero sí lo que tiene sentido para él y cuando lo vivencia con las personas más significativas.

El aprendizaje juega un papel de mucha importancia ya que es posible aprender el diálogo y la comunicación a través de los modelos que se le ofrecen: los niños tienen que ver cómo los adultos enfrentan y resuelven
diariamente situaciones conflictivas. ¿Cómo se ponen los límites? Los niños, decíamos, aprenden normas y valores tratando de parecerse a los adultos con quienes interactúan (miembros de la familia nuclear y de la
familia ampliada), y son los que, básicamente, deben ofrecerles modelos para identificarse.

Desde el nacimiento el niño se va adaptando a través de identificaciones, apropiándose de rasgos de sus padres, al principio en forma total, luego paulatinamente se identifica con algunos rasgos y también con los de otros adultos significativos y más tarde con rasgos de sus pares ( con los chicos del jardín, de la escuela, amigos del club, personajes de películas y dibujos animados, parientes, vecinos, etc.). Pero hay que tener en cuenta que incorpora, además, una manera de enfrentar situaciones. Es de suma importancia que se le enseñe a buscar soluciones. Por ejemplo cuando Pablo enojado golpea violentamente la puerta, el papá con mala cara y gritando le dice ¡Qué animal que sos!. Opinamos como más apropiado que el padre hubiera podido aceptar el enojo del chico, enseñándole que uno puede mostrar el enojo pero no con esa expresión y forma, ya que fue tan violento como el golpear la puerta, o más , por provenir de un adulto.

Si bien es cierto que existen muchos obstáculos para una adecuada puesta de límites (amenazas incumplidas, comparar y fomentar la competencia, ofrecer sobornos o recompensas, obligar a pedir perdón, buscar un chivo emisario, ofrecer opciones que no son tales, dar premios, etc.) hay que tener en cuenta que sí es posible enseñar a buscar soluciones, y que no es conveniente juzgar y/o culpabilizar.

Esto sería un obstáculo en la puesta de los límites, lo que llevaría, entre otras consecuencias, a tener niños insatisfechos e insaciables. Demasiada tolerancia ayuda a concederle al niño el lugar de quien decide y de quien verá todos sus deseos satisfechos.
Como dice F. Doltó, es necesario que el niño experimente los límites de sus acciones para que pueda continuar teniendo deseos. El deseo siempre satisfecho implica la muerte del deseo. El niño puede manifestar su desagrado al límite, pero el grado de tolerancia no debe impedir que los límites existan.
Retomando la misma autora, quien sostiene que el deseo es el motor de la vida dice al respecto: “no es bueno que el niño con el pretexto de que se expanda libremente, nunca halle resistencia, es preciso que encuentre otros actos de deseo, el de los demás y que correspondan a edades diferentes a la
suya. Si al niño se le cediera todo, se anularía por completo sus poderes creativos, que son la ardiente búsqueda de satisfacer un deseo jamás colmable y que, en la parte que se satisface se desvía en esto menos del objeto y que se satisface de otra manera”
Esto último nos lleva a ver como el pasaje a través de distintos sistemas influye en el aprendizaje de los límites y de las normas. Si en el sistema familiar los niños aprenden a negociar, cooperar, competir, les será posible en otros sistemas tener buenas relaciones con sus pares y con los adultos, experiencias que a su vez los niños pueden llevar a su familia, lo que posibilitará también, si existe flexibilidad, su enriquecimiento con los nuevos aportes. Aprender a negociar no significa la negociación permanente ni el
chantaje. Cuando los niños entran en contacto con sus iguales de otros sistemas,intentan actuar de acuerdo con las modalidades de su mundo familiar. Si aprenden formas alternativas de participación, van a incorporar las nuevas experiencias a la familia. En cambio si esas modalidades “son muy particulares” sin límites o muy rígidas, el niño, seguramente tendrá dificultades.

Para finalizar, sintetizamos algunas ideas acerca de las relaciones entre padres e hijos y de los adultos con los niños y/o adolescentes: 1) Los niños son seres que piensan y sienten. 2) Dejarlos expresar libremente no quiere decir que puedan hacer todo lo que se les ocurra. 3) los niños cuidados son aquellos a los que se les pone límites. 4) Tener en cuenta los deseos de los niños y/o adolescentes, aún cuando en ocasiones se les tenga que poner límites, les permitirá convertirse en adultos autónomos, autovalorizados e independientes.

Compilación realizada del  maerial de la :
Prof. Lyliam E. Kunzi Lic.Marta Savelski

jueves, 4 de marzo de 2010

DISCIPLINA CON AMOR - II PARTE


En la primera parte de esta serie de tres artículos titulada ”Disciplina con Amor”, desarrollé el primer principio de los cinco que el Dr. Dobson propone para tener éxito en la disciplina de nuestros hijos e hijas. En esta segunda parte, desarrollaré los principios dos y tres.

Iniciemos con el segundo principio.

2. La mejor oportunidad para comunicarse con nuestros hijos e hijas se da luego de una acción disciplinaria.

- No hay nada que acerque más a los padres con su hijo, que el padre gane decisivamente después de ser desafiado con insolencia.
- Demostrar autoridad es algo que reconstruye el respeto como ningún otro proceso puede hacerlo y luego el niño demostrará su cariño después de las lagrimas.
- Los padres no debemos aterrorizarnos ni abstenernos de las confrontaciones con nuestros hijos.

Ejemplo: Nalgadas de “verdad”.

-Desahogo emocional - acurrucado al padre o a la madre. Debe ser bienvenido con amor. Hablar de corazón a corazón. Reafirmarles cuanto les queremos y lo importante que son para nosotros.
-Willian Glasser, creador de la Terapia de la Realidad dijo que lo que disciplina iba dirigido hacia la conducta objetable y el niño aceptará las consecuencias sin resentimiento. El castigo es una reacción dirigida contra el individuo y expresa hostilidad.
-Entonces lo que tenemos que tener claro es que hay formas incorrectas de corregir a un niño.
-Al final del encuentro disciplinario debe amor y cariño

En el tercer principio, el Dr. Dobson no invita a,

3. Ejercer el mando sin criticar constantemente. El gritar y criticar a cada rato al niño se puede convertir en un hábito, el cual por cierto es INUTIL.

Ejemplo: La madre le pide al niño que se bañe y este no obedece.

- Ha escuchado de casualidad la frase: “esta es la última vez que te lo digo la última vez”.
- Ejercer el mando mediante gritos no sirve de nada.
- Sí el niño hace caso omiso a la solicitud calmada de obediencia que hacen sus padres, estos deben tomar medios para hacer a su hijo que quiera cooperar.
- El Dr. Dobson sugiere el “músculo trapecio”, al apretarlo firmemente manda un mensaje al cerebro que dice “esto duele”. El dolor es temporal y no puede causar daño alguno.

Ejercer el mando sin criticar constantemente. El gritar y criticar a cada rato al niño se puede convertir en un hábito, el cual por cierto es INUTIL.

Veamos el siguiente gráfico. (parte superior de este apartado)

- Volvamos al ejemplo del niño y el baño, lo que la madre debió hacer es lo siguiente:
- Avisarle que le quedan 15 min de juego. Las interrupciones repentinas no le gustan a nadie.
- Poner algún tipo de alarma que le avise al niño que el tiempo se terminó.
- Al pasar el tiempo la madre avisa tranquilamente que el tiempo se terminó y debe bañarse.
- Si el niño no se mueve inmediatamente, la madre aprieta el músculo de la nuca.
- Si el niño aprende que se le aplicará algo poco agradable este se pondrá en acción antes de que ocurra.
- No debemos subestimar la conciencia que tiene un niño de que esta rompiendo las reglas.

Aquí es donde analizamos que es mejor:

- Una madre colérica que estalla varias veces al día, grita y amenaza o
- Una madre que tiene una respuesta razonada y controlada ante la desobediencia.

Esto va a evitar eternas discusiones y desgaste emocional.

Los niños se acostumbran a “hacer algo”, solo luego de los gritos y alaridos. Aquí el castigo físico al que de todos modos muchos adultos recurrirán será severo porque ya están irritados y descontrolados.
Los padres deben ser firmes con el niño quien durante un tiempo probarán si estos aún están al mando.

La paz de Dios sea sobre su vida.


M.s.c. Yorleny Méndez P.
Psicopedagoga
Telef. 22 29 58 03 (De 12 a 6pm)

DISCIPLINA CON AMOR - I PARTE


Desarrollo acá la primera parte de varios puntos de un tema que muchos pensarán ya está trillado: La disciplina. Sin embargo como madre, profesora y Psicopedagoga considero que es fundamental en la crianza de nuestros hijos y dentro de su buen proceso de enseñanza – aprendizaje, tanto en el hogar como en el aula escolar. Desarrollaré este tema basada en dos libros del Dr. James Dobson: “Atrévete a Disciplinar” y “Como crear a un niño de voluntad firme”.

En su libro “Atrévete a Disciplinar” el Dr. Dobson nos dice:
“... Los buenos principios sobre como desempeñar el papel de padres son eternos, ya que tienen su origen en el creador de las Familias...”

Uno de los mayores obstáculos que atravesamos los padres, es el desafío de nuestros hijos. En el desafío, el niño rechaza por completo la autoridad de los padres y los enfrentará y retará hasta lograr lo que desea. Es aquí donde como padres no debemos ceder.

Un error en el que se incurre muy a menudo es el manejo incorrecto de los premios y consecuencias. No podemos premiar al niño para que nos obedezca una orden directa. Nosotros somos sus padres y la autoridad se respeta aunque no nos guste.

Debemos tener claro que la disciplina no es solo confrontación, también está la autodisciplina y la conducta responsable. Nuestros hijos deben aprender a enfrentar retos, obligaciones y consecuencias de sus actos.

Nuevamente citando al Dr. Dobson, este nos dice:
“donde mejor prosperan los niños es en una atmósfera de auténtico amor sustentado por una disciplina razonable y firme”.
“la permisividad no simplemente ha fallado como estrategia de crianza en los niños, ha resultado un desastre para quienes lo han intentado”

Entonces, ¿Cuál es el secreto?
La respuesta es: La disciplina con amor.

Las razones de que este sea el secreto son:

1) Estimula el afecto cariñoso.
2) Se da un respeto mutuo entre padres e hijos.
3) Cierra un vacío que de otra forma separa a las miembros de una familia que deberían amarse y confían unos en otros.
4) Evita resentimientos.
5) Los maestros pueden dar mejor sus clases.
6) Estimula al niño a respetar a los demás y a vivir como ciudadanos responsables.

Sin embargo esto exige de nuestra parte: Valentía, Constancia y firmeza, Convicción, Diligencia y Esfuerzo entusiasta.

Decía mi abuelita:

“Ni tanto que queme al Santo ni tampoco que no lo alumbre”
“Con paciencia y un garabato hasta las verdes van bajo”

No se trata de agredir a nuestros hijos y darles golpes. Eso es maltrato infantil en el área física y emocional. Las formas de disciplina agresiva generan: servilismo, niños incapaces de tomar sus propias decisiones, niños con una personalidad aplastada, dependencia, temor profundo, psicosis. patrones repetitivos, etc.

El otro extremo es igual de peligroso. Ante la falta de autoridad el niño es su propio amo desde muy pequeño. Entonces nos encontramos ese montón de madres nerviosas y asustadizas encerradas en sus casas ante el temor de que sus indisciplinados hijos (as) las avergüencen o se metan en algún problema. Ya están “acostumbradas” a recibir las famosas boletas escolares casi a diario.

La actitud permisiva de los padres cuando los niños tienen entre dos y cinco años, tiempo en el cual se da una etapa formativa, en palabras del Dr. Dobson, es como
“ofrecer en muchos casos un boleto de ida sin regreso hacia la rebeldía de los adolescentes”.

Si deseamos que los niños sean amables, agradecidos y agradables, debemos enseñarles esas cualidades. Debemos inculcar en ellos valores y esto es una Gran Responsabilidad de nuestra parte. La conducta anhelada no va a aparecer por arte de magia, debemos trabajar en ella.

El Dr. Dobson propone 5 fundamentos de la crianza de niños basados en el sentido común.

1) Inculcar en el niño (a) respeto por los padres.
2) La mejor oportunidad para comunicarse generalmente se da, luego de una acción disciplinaria.
3) Debemos ejercer el mando sin estar criticando constantemente.
4) No saturemos a nuestros hijos con cosas materiales.
5) Establezcamos un equilibrio entre amor y disciplina

En este primer apartado desarrollare brevemente el primer fundamento, Dios mediante en las próximas ediciones iré desarrollando con ejemplos cada uno de los siguientes.

1. Inculcar en el niño (a) respeto por los padres.
Veamos algunos puntos relacionados con este fundamento:

· La relación de respeto con los padres sirve como base con el resto de personas en el futuro. ¿Cómo cree usted que se comporta un niño (a) que no respeta a sus padres con el resto de las personas? Le aseguro que si no obedece a la mamá o al papá mucho menos obedecerá a un profesor.

· El padre debe hacerse digno del respeto del niño en sus primeros años de vida. Hacer que nuestros hijos nos respeten no tiene nada que ver con gritar como locos, ofender o insultar. Por el contrario estas acciones son clara muestra de que nuestro hijo (a) no nos respeta, ya que necesitamos gritar para que nos escuchen.

· Debemos diferenciar lo que es un acto de irresponsabilidad infantil de lo que es el desafío. Es muy diferente que un niño por accidente corra y quiebre un florero (irresponsabilidad infantil) a que le grite a la madre y de forma clara le de a entender “no voy a hacer lo que me dices”.

· Las nalgadas deben reservarse para el momento en que el niño entre el año y medio y 10 años de edad expresa a sus padres en forma desafiante “No lo voy a hacer”, cuando hay una confrontación cara a cara entre usted. y su hijo. (Aclaro que dar un par de “nalgadas” en absoluto control de las emociones, con amor y por corrección no tiene nada que ver con golpes u otro tipo de maltrato).

· Cuando los padres no asumen el mando en momentos de desafío, crean para sí mismos y para su familia lo que puede ser toda una vida de pesadumbre.

· La acción disciplinaria no es un ataque contra el amor paternal, es una función de este. El castigo apropiado no es algo que los padres hacen a un hijo que aman, es algo que hacen por el bien de ellos.

“ Si usted no puede hacer que un niño de 5 años recoja sus juguetes, es difícil que vaya a ejercer mucho control durante la etapa más desafiante de la vida: la adolescencia”.

El Dr. Bill Slonecker, pediatra de Tennessee dijo: “si la disciplina comienza el 2do día de vida, ya usted lleva un día de retraso”.

No malentendamos, no se trata de dar nalgadas a un recién nacido u otra forma de castigo físico. Se trata de que los padres tengamos el control por amor a nuestros hijos.

El objetivo principal de la disciplina al niño, es obtener y mantener su respeto. Si los padres fracasamos en esta tarea, la vida se vuelve realmente muy incómoda.

No se trata de crear jóvenes perfectos, se trata de tomar la materia básica con que llegan al mundo y luego irla moldeando poco a poco hasta formar adultos maduros y responsables, que le temen a Dios.

La paz de Dios sea sobre su vida.